Llámalo Azar es un comentario a partir de la trivialización
que el aparato mediático se ha encargado de hacer alrededor del drama contemporáneo,
la destrucción es el gran show, los “malos” son castigados, los “buenos” se
convierten en héroes instantáneos. El guión de la historia es un melodrama de
telenovela, el consumo compulsivo y los
fantasmas de la plantilla hegemónica dictan el cotidiano y secuestran al
subjetivo.
En este contexto, la oquedad y el vacío, fuerza y potencia
de la figura femenina se pulveriza al servicio de las ventas seguras, avanzamos
desnudas, ciegas y sordas, despojadas de nuestras formas profundas y paralizadas
en la curva depredadora donde los dueños del mundo rechinan sus millones.
NEGRO Y GRANDE
Todo está oscuro, oscurísimo en este cuarto
Estoy en mi esquina, es de noche
No sé quien está afuera
La silueta en la puerta, una sombra
Es un monstruo, no es mi papá, es King-Kong, es un
gorila
Me hago la dormida, estoy sudando, estoy
temblando, estoy tiritando
Tengo terror
Calma
No debo gritar, puedo provocarlo
Quiero que piense que estoy dormida
Que no lo veo, que estoy lejos
Apenas puedo ver por mi rendija de ojo… y veo
Comienza a acercarse,
Es gigantesco, peludo, negro
Algo rojo brilla en la boca, los ojos y los
dientes blancos…
Se acerca más y más y parece que ya no hay tiempo
Está al borde de la cama, ya no veo más que sus
rodillas
Son del tamaño de mi cara, negras
Y luego no veo, pero sé que se agacha, se dobla
sobre mi
Y yo me hago de plomo, de plomo empapado
No hay mas nada
Sus brazos, más que fuerza
Y yo bebé chiquita en sus brazos
El aliento caliente
Todo se escurre
Su baba, mi sudor, gotean la cama
Estoy en el aire
¿los abro? ¿los abro? ¿los abro?
No, no, no, no, no voy a aguantar, voy a gritar
Ya mejor me quiero dormir, me quiero morir
Me quiero dormir, me quiero morir
Morir, dormir, morir….
Museo del Chopo
México 2003
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